28 feb 2013

Piratas en Halong Bay

Tras reunir al grupo que conformaríamos este Halong Bay Tour, Tiger, nuestro guía, dio luz verde para encaminarnos hacia una de las bahías más famosas, y hermosas, del mundo.
 

Seríamos 14 personas: un matrimonio polaco y su risueño bebé, una pareja formada por una colombiana y un neozelandés, una joven pareja de Inglaterra, una pareja alemana, una mujer italiana, una joven australiana, un hombre holandés y nosotros. No es que charlásemos mucho en el minibús, ni tampoco una barbaridad en el barco, pero se creó un ambiente bien agradable.

Llegamos y nos fuimos directos… ¡al agua!.. Pues no, bueno sí, pero al bote y al barco, nada de zambullirnos… que el clima seguía siendo tan malo como en los días precederos en la capital.

Nuestro barquito estaba muy bien y la tripulación era muy maja, además tuvimos la suerte de que nos tocará el camarote más lejano al motor, ¡de modo que encantados!

Una suculenta comida nos esperaba nada más dejar nuestros petates, así, nos pusimos las botas a medida que íbamos adentrándonos en la mítica bahía y Tiger nos documentaba un poco sobre este increíble paraje. Entre otros datos, nos dijo que Halong es una de las siete maravillas naturales del mundo y que estaba constituida por un total de 1969 islas e islotes, contadas una por una por él mismo, claaarooo!
 
 
La leyenda cuenta cómo, desesperado ante una amenazante flota china, un emperador vietnamita imploró a un dragón por su ayuda. Éste, sacudió su cola contra el mar con tal fiereza que, además de levantar unas enormes olas que desbarataron la flota invasora, también hizo surgir todos aquellos muros de roza caliza que más adelante pudieran servirles de murallas naturales.
 

Pero es que Halong Bay no es sólo increíble por fuera, también lo es en su interior… y no, no va en plan metafórico. Hay un buen número de portentosas cuevas esperando las exclamaciones y los ojos como platos del visitante. Nosotros tuvimos el lujazo de entrar a una cueva que el Vietcong usara como hospital, además de como escondite, claro. No esperábamos que fuera a ser ni tan grande ni tan bella, ¡y qué bueno!, porque nos habíamos quedado con cierta cosilla por no ir a la que está considerada la cueva más grande del mundo (relativamente cerca de Hue).
 

Visitamos “Monkey Island”, o la Isla de los monos, en un bote a remo, ya tendríamos tiempo de darle al kayak al día siguiente. No pudimos ver más que a un par de monos jugando cerca de un acantilado, otros tuvieron más suerte y les vieron “jugando” a otras cosas en una playita.

Tras la cena, ¡y vaya cena! (preparada en parte por nosotros mismos) Tuvimos una buena charla con algunos de nuestros compañeros, especialmente con el hombre holandés, que tenía mucho camino detrás, y también con la pareja inglesa, que acababan de llegar de Nueva Zelanda y tenían muchas cositas que contarnos. Hablamos de viajes, hablamos de emigración…

 
Hay que decir que nosotros cogimos un tour de tres días y dos noches, mientras que el resto de viajeros, exceptuando la pareja inglesa,  cogieron sólo dos días y una noche, ya que el tiempo no parecía que nos fuese a acompañar. Pero tuvimos suerte y aunque no nos hizo un solazo por lo menos no nos llovió y pudimos disfrutarlo igual.

Al día siguiente antes de separarnos del grupo, madrugamos para ver el amanecer desde lo alto de una de las islas… aunque cuando nos despertamos para el desayuno resultó que toda la tripulación estaba roncando… ¡en las mesas del comedor! No llegamos al alba, sino un poco  más tarde, pero mientras se desperezaban pudimos ver cómo en otros barcos hacían “Tai-Chi”, o algo similar, en la cubierta... y nos alegramos de que nuestro guía prefiriese dormir.

Tras el ascenso, el descenso y el ansiado desayuno, nos separamos del resto del grupo, menos de los ingleses, con los que tomamos un bote dirección a la isla principal de la bahía: la isla de Cat Ba. De camino, un tímido rayito de sol bañaba la bahía, y fue más que suficiente para fortalecer nuestras esperanzas. Curiosamente, en medio de la nada, tuvimos que cambiar de barco porque al parecer, pasábamos a otra región, y claro, ambas zonas quieren sus ingresos.

Cuando atracamos, cogimos unas bicis y nos adentramos en la isla. ¡Y qué isla! Un fabuloso paraje natural donde descubrimos pueblecitos que lejos de estar aburridos del turismo lo disfrutaban muy sanamente, arrozales de verdes y formas hipnóticas, junglas llenas de sabiduría y una forma de vivir muy relajada.



El guía nos llevó por el corazón de la jungla, un pequeño trek con un montón de curiosidades, entre otras, hormigueros que no están bajo tierra, si no que aquí las hormigas hacen escalada, ya que con eso de los monzones deben de hacer sus “casas” en lo alto de los árboles! Y bueno, que decir de todos los medicamentos naturales que tiene la isla, no necesitan ni ir a la farmacia! Los niños de las aldeas, como en Mongolia, deben de separarse de sus familias y su pedacito de tierra para continuar con los estudios una vez cursada la primaria.


 

Fue muy curiosos conocer un pueblo pesquero muy peculiar. Y es que literalmente estaban en el mar. Tan sólo se comunicaba a través de tablones de madera. Guarderías, bares, karaoke, piscipactorías, hogares, gasolinearas, supermercado... todo lo imaginable e inimaginable era flotante. 
 

 
 
Por la tarde nos dedicamos a hacer ¡Kayakturismo! Entre islas e islotes, descubrimos playas vírgenes (algunas con más coral muerto que arena), resort semi-abandonados pero con guardianes perrunos, hermosas tumbas de gente local, bandadas de peces voladores y hasta nos sentimos como Jack Sparrow, a la deriva de nuestra embarcación… Uy, cómo nos lo hemos flipado!
 
Pasamos la segunda noche en la propia isla, donde además compartimos cena de San Valentín con los ingleses… bueno, de hecho nosotros no sabíamos ni en qué día vivíamos, y cuando ellos nos lo recordaron fue un poco tarde para darnos cuenta de que les habíamos pinchado el rollo! Jajajjajaa

Al día siguiente tocó la vuelta a tierra. La bahía de Halong fue sin duda uno de los platos fuertes de Vietnam. Increíble bahía. Precioso país.

2 comentarios:

  1. buenas chicos aqui la sosaina,
    en las fotos parece que mikel se ha cortado la melena.
    Que tal estais y sobre todo donde estais ahora.
    He leido cada dia cada comentario cada capitulo del blog soy seguidora fiel; pero a mi se me ha olvidado ya donde habeis estado.
    No os pasa lo mismo a vosotros?
    besos arantza

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas ferviente seguidora!

      Estamos muy bien y tostando nuestro bodys lechucinos en las playas de Tailandia. Y hasta ahí podemos escribir, ¡Que no estamos tan lejos de actualizarnos!XD

      A nosotros nos pasa que, a veces, nos cuesta creer que algunos sitios en los que hemos estado sean parte de este mismo viaje. Algunos parecen tan lejanos, otros de un estilo tan distinto... es raro.. jjajajajaja

      Si es que ¡nosotros no hemos dicho que no se haya cortado la melena! jajajajajaja

      A ver si te anímas y me escribes un mail y me cuentas que tal estás!? Que aki con el blog os mantenemos informados pero ¡nosotros no sabemos ná!

      Un besazo muy muy fuerte

      Eliminar