20 feb 2013

¿Saigón o Ho Chi Minh City?

Unos la llaman Ho Chi Minh City, otros, como lo han venido haciendo siempre: Saigón. Y es que Vietnam, junto a los anteriores dos países del sudeste asiático (y el resto!), es otro libro bien gordo de historia… de historia llena de conflictos.
 

Pero vamos por orden. Arribamos a Vietnam tras esperar un buen rato en la estación de buses de Phnom Penh, y es que nos movimos con todo el cisco del funeral del rey en acción. Tras unas cuantas horas de carretera y un barquito para cruzar el enorme, y sucio, rio Mekong, llegamos a una de las fronteras más fáciles que hasta la fecha hemos hecho.

La entrada a la capital económica de Vietnam prometía, había muchísimo ambiente por las amplias calles y una cantidad enorme de flores y demás decoración allá donde mirásemos… ¿sería porque nos estarían esperando?... Quien desde luego nos esperaba era un moderno camboyano-vietnamita currela del albergue al que íbamos, que muy amablemente vino a buscarnos, previa petición, claro! Lo curioso es que el bus nos dejó a unos 50m del albergue así que el chaval nos hizo ¡un “pick-up peatonal”! jajajaajja

El albergue así como su personal nos dejaron contentísimos, tratándonos de maravilla. Nos habían advertido que los vietnamitas eran muy peleones y algo rancios, pero lo que nos encontramos era el polo opuesto… luego recordamos que nos habían advertido especialmente acerca de los norteños, bueno, pues veríamos a ver, pero esta gente, maravillosa.


Eso sí, lo que no fue tan genial fue enterarnos del porqué de tanta florecilla y decoración. Bueno, el porqué estaba muy bien, resulta que en breves comenzaría el Tet, el nuevo año lunar chino, correspondiente en esta ocasión a la serpiente, y claro, había que celebrarlo por todo lo alto. ¿Lo malo? Los precios del trasporte, petado hasta arriba de gente y con los precios en consiguiente ascenso. Y es que parece que ¡no se nos escapa una fiesta!
 

Paseando por sus calles conocimos una ciudad con muchísimo meneo, especialmente de motos (aquí empezamos a sentir la locura motoril asiática a base de bien), pero en un ambiente muy majo. Cayó alguna comprita y también nos regalaron alguna cosica. Vietnam nos recordaría, desde este primer enclave, bastante a su vecina, China.


Al otro tema: Vietnam y su historia, esta vez sólo la reciente, quien se quede con ganas, ea, a tirar de Wikipedia, ¿sí? Nos acercamos al museo de la guerra de Vietnam a fin de conocer más sobre este conflicto.
 

Allá por los primeros años de la década de los sesenta, Vietnam se hallaba en una guerra civil: En el norte los comunistas liderados por Ho Chi Minh querían imponer su ideología en todo el país, pero en el sur se resistían a las nuevas ideas que venían. Estados Unidos, frente al riesgo que suponía que el Comunismo continuase su avance por Asia, decidió intervenir para “liberar” a los sureños.
Si por algo se conoce Vietnam, precisamente es por esta guerra. Asíque nos adentramos a conocer el museo y su historia. Una guerra que duró unos 10 años y que debió de ser una locura tanto para los vietnamitas como para los estadounidenses, en ninguna guerra gana nadie pero es que en esta salieron todos fatal parados, ni las fuerzas “aliadas” de estados unidos y el sur de Vietnam, ni las de Vietnam del norte y el Viet Cong, por no hablar claro de todos los civiles, ajenos a toda trifulca de poder y sin embargo, los más perjudicados.
 

Esta vez, a diferencia de en nuestra experiencia en Hiroshima, salimos con mucha confusión y rabia, sentimos que aquí abordaban el tema de una forma muy distinta de aquella neutral y objetiva que viviéramos en Japón. Al final no había una lección y una nueva perspectiva, llena de luz, sino una denuncia, empapada en sangre. Vietnam ha sido una tierra con muchos y muy largos conflictos, es quizá por esto por lo que les cueste tirar la espada y el escudo al suelo, hay miedo. Miedo al ser humano... el mismo miedo que hace que todos los países tengan ejercitos, que hace que nos alejemos más y más entre nosotros y de nosotros mismos.
Sin embargo, y con todo, siguen vivos, seguimos vivos, y sólo esto ya nos da una nueva oportunidad. Una nueva oportunidad para imaginar un mundo diferente, para crear un mundo mejor.

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