28 sept 2012

Euro-friends

Hemos pensado, un poco tarde, en hacer un apartado para ir congregando a esas personas que nos hemos encontrado en el viaje y que han pincelado con nuevos colores nuestro camino. 
Intentaremos inmortalizar a esos nuevos amigos que vayamos haciendo y dedicarles un espacio en nuestros blog así como ellos nos han dedicado un espacio en su viaje.
 
 
Europa fue de un trotar constante, y apenas tuvimos un contacto estrecho con más viajeros., pero Gladys, adorable guatemalteca, nos hizo parar en nuestro trotar por Cracovia, pudiendo compartir un desayuno muy rico, no sólo a nivel alimenticio, sino con una muy enriquecedora comversación con ella. Su visión política, religiosa y acerca del machismo y feminismo en las diferentes partes del mundo fue muy interesante ya que estaba interesada en hacer una tesis sobre estos temas con un catedrático español.
 
En Praga tuvimos la suerte de conocer a Enrique y Clara, una pareja argentina adorable con la tuvimos un rato cortito pero muy especial en Praga, y a la que esperamos visitar al llegar a su tierra.
 
Ya en Rusia, Ernesto, un chileno en San Petersburgo, futuro abogado, disfrutaba de sus últimas vacaciones como estudiante antes de dedicarse a su profesión. Fue un aliado con el que unimos fuerzas para combatir a las taquilleras rusas. Nos documentó con sumo detalle sobre qué no podíamos perdernos en Chile, y nos invitó a repasar el itinerario una vez más cuando ya estuviesemos en su hogar.
 
En Irkutsk, como ya hemos mencionado, nos encontramos con una pareja francesa, Alex y Clair, que tiene la intención de dar la vuelta al mundo con un proyecto sobre las diferentes energías y su uso en las diferentes partes del mundo. Su proyecto está relacionado con su trabajo en París, gracias al cual presentan unas clases extraescolares para las aulas de primaria. Su enlace con los niños es su mascota, Pompon , uno más en la familia.
 
 
También compartimos una parte del viaje por Rusia con Lenard, ¡un rompecorazones alemán!;) Nos conocimos en el albergue de Irkutsk, ya que compartiamos habitación, y él, al viajar sólo, estaba muy abierto a hablar con la gente y compartir su viaje y el de los demás. Estaba muy interesado en el tema político español y vasco.
 
 
El acogedor y familiar albergue de Irkutsk dió para mucho y allí conocimos también a Xian, una simpatiquísima china residente en Madrid que nos preparó para la que se nos venía en China. Y también conocimos a Haruo, que prefería ser llamaod Hal, un japonés muy internacional que nos invitó a contar con él en nuestra futura estancia en Kyoto, la ciudad en la que vive.

Por otro lado, en Ulan Ude, conocimos  muchas personas con las que más tarde coincidiriamos bien en los albergues mongoles, bien por la calle o bien en las excursiones. Debemos mencionar a Michelle, de Singapur, con la que además de nuestro cruce de frontera, compartimos el primer albergue mongol.
 
Gracias  por darnos la oportunidad de añadir colores y matices a nuestras ideas y  por compartir con nosotros este pequeño tour por Europa. Thank you so much!!




Última parada rusa, Ulan Ude

Cogimos un minibus que nos llevaría a Ulan-Ude, la última parada de Rusia y la frontera con Mongolía, nuestro próximo destino.


Ibamos a hacer noche y marchar al día siguiente, pero nos encontramos con que los autobuses rumbo a Ulan-Bator, Mongolía, estaban llenos, asique nos tuvimos más remedio que quedarnos un día más, lo que hizo que volvieramos a coincidir con la pareja francesa y que entrasemos a mongolía con ellos. Aprovechamos a actualizar el blog, aunque como podeís ver, vamos con mucho retraso debido a la falta de tiempo y a la nula cooperación de nuestro ordenador llevamos 1 mes de desfase.

A Mikel le salió una cabeza extra... ¡era Lenin!

La ciudad no es especialmente bonita, pero si está llena del contraste típico de la frontera. Y más marcado si cabe aquí, debido a los rasgos tan diferentes que hay entre rusos y mongoles. Vimos con gran alegría como los ragos importaban poco aquí, ya que eran muchos los grupos de personas de diferente aspecto que iban juntos de la mano.

 
Tambié nos despedimos del cristianismo (ortodoxo), ya que a partr de aquí conoceríamos muchas nuevas religiones en lugares que no contemplaban esta visión de lo divino.

 
El autobus tardó unas 12 horas en llegar hasta Ulan-Bator, debido en buena medida a los reiterados controles en la frontera, que nos hicieron bajar y subir tanto en unn lado como en el otro de la frontera. Y además, hay que contar con el caótico tráfico de la capital mongola.

Salimos de Rusía y entramos en Mongolía
 

Excursión a la Isla Olkhon, lago Baikal


Y llegamos a la perla del lago Baikal, la isla Olkhon, en la que pasaríamos unos muy buenos días en compañia de Alex, Claire y Lenard, con el que compartimos autobus local y albergue (casa familiar) en la isla. Nuestro campamento base estaría ubicado en Huzhir, un pueblo al más estilo lejano oeste.


El tiempo no acompañó demasiado el primer día, pero nos encargamos de crear un ambiente muy cálido entre nosotros. Claire nos deleitó con su Ukelele y su voz al son de "Somewhere over the rainbow". Fue un momento verdaderamente emocionante y que vivimos con fuerte intensidad, ya que a poco estuvimos de no ir a la isla.
El abuelo de Mikel había sido ingresado de urgencia y pasamos la noche previa a la salida hacia la isla tanteando qué hacer. Finalmente, apenas una hora antes de tener que decidir entre seguir el plan o hacerse con los billetes de vuelo, las noticias más optimistas llegaron a nosotros. Graaacias.


Mikel no pudo resistir la tentación de aprender a tocar el Ukelele. Como buen amante de la música, que no músico, hizo sus primeros pinitos. ¡Qué tiemble la música! jajajajajajjaa
 

Al atardecer, Lenard y nosotros coronamos la cima de la roca chamán, más tarde nos enteraríamos de que es sagrada y que a su alrededor no se puede hablar alto... no decimos nada de escalarla. Desde su cima nos descubrimos abrumados por la inmensidad de este lago, que es el más grande y profundo del mundo, ¡representando el 20% del agua dulce del mundo! ¿Será algún día este enorme manantial la excusa para comenzar una guerra? Nada parece más lejos, aquí se respiraba paz en estado puro.

 
 A la llegada a nuestro albergue familiar (vimos el albergue al que la mayoría de la gente va y salimos espanados), nos esperaría una de las cenas más ricas del viaje, y que se alargaría con una charla que nos brindaría la oportunidad de hablar de muchos temas y conocer mejor a Lenard.

El tema político-economico-social fue un tema a tratar, y estuvo muy interesante la conversación. Compartimos nuestros puntos de vista sobre la crisis española y la "emigración" hacía Alemania. Y él se interesó por el tema politico del País Vasco. Claro que nosotros le dimos nuestro punto de vista. Fue muy interesante tratar estos temas, y ver una visión desde otro punto de vista.
Nos quedamos con la idea de que todos formamos parte de un barco, no sólo Europa, sino el mundo entero. Si lograsemos ver, que realmente todos formamos parte de este barco y que todos y cada uno de nosotros somos parte indispensable de él, quizás pudiesemos entender que unos sin los otros no seríamos un barco y que nos acabaríamos hundiendo por nuestras propias luchas internas. Sin embargo, si nos ayudásemos de forma totalmente altruista, crearíamos un barco sano, lleno de confianza e igualitario. Y esto, sin hablar de que el agua que nos hace navegar es la madre tierra, a la que deberíamos de amar, cuidar y proteger como nuestro bien más preciado.
Pero... la necesidad y el ansia de poder de algunos es demasiado fuerte. ¿Hasta qué punto unas pocas personas pueden más que millones de personas? Ojalá el miedo no existiese, y sí el respeto y el altruismo de las personas. Porque este viaje nos esta enseñando el poder de transformar y de crear que tenemos las personas, sea de donde sea, o venga de donde venga.
 
¡A2K Munduan!





Al día siguiente cogimos un tour para conocer el norte de la isla. Antes de montarnos en la furgo rusa ya sabiamos que el sol nos iba a acompañar ¡pero no que las carreteras fueran a ser una montaña rusa!


El lago parecía inmenso, tanto que a veces parecía que estabamos frente al mar. Nos comentaron que en invierno se hiela completamente y llegando a formarse una capa de hielo del grosor de 1 metro y medio. También hay focas en el lago, pero en verano sólo se ven en ciertas partes de él, y no tuvimos esa suerte.


¡Dimos el cante con nuestras dotes artístico-cantarinas! Debímos de gustar, ya que más de una persona nos grabó en ideo para después deleitar sus oídos con nuestra bella voz! En fin, para gusto los colores! El video os lo ponemos aunque no queremos ser vanidosos, asique preparar vuestros oidos, esto no lo habeis oído, ni lo vais a volver a oir, es una exclusiva del blog jajaja ;)


El conductor nos preparó una deliciosa sopa de pescado, y disfrutamos de un precioso pic-nic.



Las carreteras inexistentes de la isla hicieron un poco pesado el viaje, pero a medida que pasaba el día nos hicimos a ese boti-boti de la furgo y hasta lo cogimos con gusto. Justo antes de nuestro retorno al pueblo, la furgoneta sufrió una ligera avería de motor, pero con pipas y chistes pasamos el rato hasta que quiso funcionar.


Llegaba el momento de despedirnos del grupo que habíamos formado, todos teníamos el mismo destino: Mongolia. Pero cada uno seguiría su camino por separado.


El paraje, la compañía y las ganas de disfrute, hicieron de esta pequeña aventura una experiencia enriquecedora e inolvidable.


14 sept 2012

Nos encontramos en Irkutsk!


La salida de la estación fue como salir a la jungla, habíamos estado en nuestra burbuja de seguridad, tranquilidad y sin necesidad de pensar como organizarnos... Asique fue un poco estresante ver tanta cantidad de taxistas ofertandonos llevarnos al albegue y gente alborotadabuscando su autobus o tranvía. ¡Daban ganas de volver a subir al tren!

Nuestras pintuflillas tras los 4 días en el tren

Nos unimos a una pareja francesa para llegar a nuetro albergue. 30 minutos andando con las mochilas a cuestas hasta llegar a nuestro destino, después de la inactividad de 4 días. Pero fue muy gratificante, ya que lo dedicamos a conocernos mejor. Resultó que Alex y Claire, ¡también estaban dando la vuelta al mundo! Conectamos muy bien, y eso que en ese momento no sabíamos la de aventuras que viviríamos juntos... ¡Acababa de empezar nuestra amistad!


Érase una vez un guiri...
 
Nada más llegar al albergue, metidos a la lavadora toda nuestra ropa, de hecho, ¡estuvimos muy tentados de meter hasta las mochilas! El olorcillo que habían absorvido todas nuestras prendas era de lo más embriagador jjajaajjaa
 
Irkutsk, fue una pequeña parada para realizar nuestros visados mongoles y poder organizar una excursión al lago Baikal. Tras rellenar un pequeño formulario y pagar un poquito, el consulado mongol se puso manos a la obra con nuestros visados, pudiendo recogerlos a la vuelta de nuestra escapada a la isla de Olkhon. Por otra parte, en cuanto vimos que nos podíamos ahorrar unos cuantos buenos rublos organizando nosotros mismos el tour, nos pusimos manos a la obra para conseguir los billetes de bus que nos llevarían a la isla, asi como, los posteriores billetes para el minibus que nos dejaría en la ciudad más cercana a la frontera con Mongolia. A pesar de movernos para aquí y para allá, en el apretado tranvía incluido, no podemos decir que conociesemos la ciudad.
 
Nos alojamos en un pequeño albergue con un buen rollo increíble, parecía más bien una gran familia, porque practicamente nos conocíamos todos. Allí, además de estar con Alex y Claire, que más o menos llevaban nuestro mismo plan de viaje, conocimos a Lenard, un alemán que también llevaba la idea de ir a la isla. Asique, ¡los cinco unimos fuerzas para ir rumbo a la isla!
 
 
 
 


13 sept 2012

5.188 KM

¡Llegó el momento de subirnos al tren!
Teníamos muchas ganas de vivir esta experiencia, la idea de tirar millas y millas nos resultaba sumamente excitante... recorreríamos, de tirón, 5.188 km exactamente, casi 4 días sin bajar del tren. Además, tendríamos cinco cambios de husos horarios, que sumados a los dos que ya traíamos desde Moscú, nos dejaría siete horas por delante de España. Si parecía que ya habíamos ido bastante hacia el este, ¡ahora ibamos a dar con el origen del sol!
 
 
Encontramos nuestro lugar en el primer vagón del tren. A media distancia entre la cabina del maquinista y el segundo vagón, que también era de 3ª clase, como la mayoría de los trece vagones que completaban el tren. Eramos 54 personas, que sin llegar a estar apiñadas, viviriamos codo con codo, pues no había puertas, no había intimidad. Cada uno tenía un destino, pero todos pasaríamos por el mismo camino. Nos disponíamos a... ¡vivir a tope el transiberiano!


Los días no se nos hicieron largos. Aunque teníamos mucho tiempo, éste pasó volando. Pensar, charlar, mirar por la ventana; pensar, charlar, mirar por la ventana. Puede sonar aburrido, pero no lo es... ¡para nada! Y además nos vino genial, fue un descanso de todo el movimiento del último mes.
 


Había algunas paradas de estación bastante largas, lo suficiente como para salir a estirar las piernas y comprar comida en los improvisados puestecillos de la gente local. Nosotros, como pareja precavida, ya llevabamos nuestros fideos, puré de patata, sandwiches y por supuesto nuestro té. Sabiamos que en el vagón podíamos pedir agua caliente, así que llevabamos más que suficiente para sobrevivir. Más adelante nos dirían que era una pena no haber comprado en los "supermercados" de las estaciones, pero la película de el transiberiano traumatizó lo suficiente a Amaia como para no permanecer mucho tiempo fuera del tren... en mala hora se nos ocurrió verla para inspirarnos! jajjajaa


Las Provodnitsas, las azafatas del vagón, eran mucho más agradables de lo que imaginábamos (al margen de alguna que otra que haría estremecerse al propio Chuck Norris). Nos llamó la atención que también había "azafatos", ¡los tiempos van cambiando! Eso sí, con el idioma no estaban tan modernizados. Sólo hablaban "Rusky", así que o "Rusky o Rusky", de "Anglisky" ni palabra. Pero ya nos haciamos entender, ya.


Minutos, horas y días pasando, la gente entrando y saliendo; avanzando hacia adelante y dejando atrás pueblos y ciudades. Y nosotros quietos. Realmente este tipo de viaje te regala un espacio de tiempo enorme, que puede serte enormemente enriquecedor, ya que te posibilita pararte estando en movimiento, algo así como apagar el motor en un atasco o echar el freno en una carrera. 


"Y en medio de todo este movimiento, encuentro la quietud.
En medio de todo este ruido, encuentro el silencio.


Despierto, completamente, pero con suavidad.
No por algún ruido ni rudo movimiento, no por algún mal sueño. Sólo despierto.
Una suave luz inunda cada rincón del vagón. Miro por la ventanilla y me doy cuenta de que avanzamos fluidamente a través del océano.
Apenas hay olas, sólo unas pocas espumas blancas delatan los relieves del agua.
Puedo ver algún barco más avanzando en la oscuridad, no estamos solos.
De pronto, y de forma fugaz, un intenso foco de luz barre nuestra cubierta. Pocos segundos despues otro. Una tercera ocasión es suficiente para hacerme recordar dónde estoy.
Bajo el cristal y me asomo por la ventana. Cuando lo encaro, el gélido viento me roba alguna lágrima. Me despejo, me despierto. La niebla, plena de luz lunar, es el mar que nos envuelve. Árboles solitarios, los barcos que nos vamos topando. Mi imaginación, pintura, y mi actitud, el pincel con el que transformo la realidad.
 
 
Despierto con una cálida caricia en la mejilla.
El sol me desea un buen día y me regala, con silenciosa humildad, un precioso amanecer.
Bañados en oro, los pinos que custodian los bosques se se expanden a ambos lados de las vías, parecen gloriosos caballeros, firmes, perennes.
Perfumadas con rosas y melocotón, las nubes visten sus mejores galas y se quedan suspendidas en el aire a mi paso, dándome ellas también la bienvenida a este nuevo día."
 


Los dos últimos días tuvimos un grupo de siete rusacos en torno a nosotros. Al principio parecía que nos iban a dar el viaje, pero para nuestra sorpresa se portarón super bien con nosotros. A uno de ellos, el más parlanchín, le debimos de caer en gracia, porque no paraba de contarnosla (en Ruski, claro, aunque le hiciesemos ver que no entendiamos ni papa), de invitarnos a tomar vodka y de regalarnos cosas, entre ellas un libro de la historia de Rusia (escrita en cirílico, claaaro), con dedicatoria y todo.



Resulta muy fácil y cómodo prejuzgar a las personas nada más verlas, pero quizás lo más destacable de este viaje ha sido vernos esta faceta y observarla. Cuando no puedes entender a las personas por sus palabras, lo intentas atendiendo a sus actos, a sus maneras. A veces, ni dándole mucho tiempo llegas a comprender al otro... Pero a menudo, si te das a ello, si te das a esa persona, puedes sentirla con meridiana claridad. Somos todos igual pero cada uno tiene unas circunstancias diferentes.



Hay algo que tenemos muy claro: La actitud con que vivencias las cosas es lo que las transforma de forma drástica. Los nada higiénicos baños del vagón, el reducido espacio vital, los fuertes olores, la nula variedad de alimentos y demás "incomodidades" de este viaje pueden ser, eso, recuerdos molestos, o, pueden ser divertidas anécdotas. ¡Y nosotros nos lo pasamos bomba!, ¡hasta nos las ingeniamos para darnos una ducha con agua caliente! ajjajajaa


 
El último día, apenas nos dió tiempo de despediros de transiberiano, nos levantaron muy pronto las provodnitsas chillando que en menos de 2 horas llegaríamos a Irkutsk. Recogimos a toda prisa. Conseguimos un ratico de tranquilidad antes de salir del vagón, y si bien estabamos deseosos de seguir nuestra aventura, otra parte de nosotros nos incitaba a quedarnos en el tren, en esa burbuja de tranquilidad y "comodidad", en ese querer seguir y seguir, eso si, ¡con duchas! jajajajaa
 
 
El tren siguió su rumbo...
A nosotros, ¡nos esperaban nuevas aventuras!