28 sept 2012

Última parada rusa, Ulan Ude

Cogimos un minibus que nos llevaría a Ulan-Ude, la última parada de Rusia y la frontera con Mongolía, nuestro próximo destino.


Ibamos a hacer noche y marchar al día siguiente, pero nos encontramos con que los autobuses rumbo a Ulan-Bator, Mongolía, estaban llenos, asique nos tuvimos más remedio que quedarnos un día más, lo que hizo que volvieramos a coincidir con la pareja francesa y que entrasemos a mongolía con ellos. Aprovechamos a actualizar el blog, aunque como podeís ver, vamos con mucho retraso debido a la falta de tiempo y a la nula cooperación de nuestro ordenador llevamos 1 mes de desfase.

A Mikel le salió una cabeza extra... ¡era Lenin!

La ciudad no es especialmente bonita, pero si está llena del contraste típico de la frontera. Y más marcado si cabe aquí, debido a los rasgos tan diferentes que hay entre rusos y mongoles. Vimos con gran alegría como los ragos importaban poco aquí, ya que eran muchos los grupos de personas de diferente aspecto que iban juntos de la mano.

 
Tambié nos despedimos del cristianismo (ortodoxo), ya que a partr de aquí conoceríamos muchas nuevas religiones en lugares que no contemplaban esta visión de lo divino.

 
El autobus tardó unas 12 horas en llegar hasta Ulan-Bator, debido en buena medida a los reiterados controles en la frontera, que nos hicieron bajar y subir tanto en unn lado como en el otro de la frontera. Y además, hay que contar con el caótico tráfico de la capital mongola.

Salimos de Rusía y entramos en Mongolía
 

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