Tras un vuelo baratísimo con una
de las compañías aéreas más lujosas, y mientras disfrutábamos de los últimos
estrenos, aperitivos gourmet y un atardecer precioso, llegamos a Bangkok, esa
ciudad que no es que no duerma, es que siempre está de fiesta.
Tras acercarnos en tren lo máximo
posible, compartimos taxi con una pareja argentina con un buen jet lag para
acceder a la archifamosa calle Khao sarn, que además de conocerse por su vida
nocturna (con toda una fauna de lo más especial), es también la zona con mayor
oferta hostelera de bajo precio de la ciudad. Tras un pequeño paseo hacia sus
afueras llegamos a nuestro chollo, ¡y es que lo tenía todo: cercanía al meollo
pero en silencio, y sobretodo precio! Aunque sólo pasaríamos un par de noches,
teníamos un mes tailandés por delante, ya veríamos la capi más tarde, había más
ganas de otros lugares. ¿Y entonces, qué nos retenía allí?
Pues que esperábamos una reencuentro
que hacía tiempo deseábamos tener. Por fin, nuestros itinerarios volvieron a coincidir,
después de cuatro meses… ¡Sí! Volvimos a juntarnos con Alex y Claire, nuestros
gabachitos favoritos. Un encuentro que, si bien fue breve (24 horas),
disfrutamos muchísimo, fue muy emocionante. Ellos venían de India, donde habían
pasado dos meses entre el norte y el sur, y pararon en Bangkok porque los
aviones aquí salen más baratos pero al día siguiente tirarían a Laos, su
verdadero objetivo, en tren desde Bangkok.
Hablamos por los codos, en
nuestro “spanglish gabachil” particular, y es que aunque nos habíamos estado
escribiendo, aún había mucho por contarse. Aun así, entre charleta y charleta,
algo de turismeo ya hicimos. Y eso con el insufrible calor de esta ciudad. Ellos
ya conocían Bangkok, así que nos hicieron un mini tour por la city, a un par de
sitios, vaya! Que la grandeza del día no radicaba en ningún templo! Pero disfrutamos
mucho la zona del río, recorriéndola con el taxiboat, ¡sobre todo por el
fresquito que se movía! jajajajaja
Nos encontramos una ciudad muy
próspera, ya habíamos oído que Tailandia es uno de los países más ricos del
sudeste asiático, pero nos sorprendió la cantidad de rascacielos que la
perfilaban. Las infraestructuras estaban más desarrolladas que en los países
vecinos que habíamos visitado, eso lo notamos nada más llegar. En las pocas
horas que estuvimos en la capital la describimos como una mezcla de herencia
china, desarrollo siamés e influencia hinduista… y lo que sea que salga de este
brebaje al mezclarlo con la modernidad de estos tiempos.
Nos quedaba mucho por conocer,
pero por lo visto, ¡la vuelta prometía!
QUERIDOS-BASQUITOS-DE-NUESTRO-CORAZON-PROMETIDOS-AHORA !!!!
ResponderEliminargracias por este articulo :-)
despues de Bangkok, a ver donde sera el proximo reencuentro 'spanglishgabachil'
jajajajajajaa
EliminarMil gracias a vosotros, por haber compartido parte de este viaje con nosotros! Merci beaucoup!!
Tal vez Isla Reunión!?.. por aquello del nombre! jajaja
Un fortísimo abrazo!!