17 nov 2012

De grutas por Datong

Notamos mucho el nuevo cambio de horario, la noche ya se nos había echado muy encima. Cansados, hambrientos y medio perdidos, anduvimos en busca de un albergue para alojarnos por lo menos esa noche. Gracias a las guías, aunque un poco desfasadas, conseguimos dar con el hotel que más nos llamó la atención por relación ubicación-precio.
A la entrada, las recepcionistas con su nulo conocimiento de inglés, nos intentaron atender. Alex y Mikel, mediante gestos, se esforzaron en  hacerles entender que queríamos dos habitaciones dobles. Se esforzaron tanto, que no se dieron cuenta de que parecía que… ¡querían una habitación matrimonial para ellos y otra para nosotras! Esta coña se alargaría hasta el fin de los tiempos… Finalmente entendieron lo que queríamos, pero para hacer el check-in nos pidieron un depósito que nos dejó fuera de juego, asique les pedimos explicaciones del porqué, con lo que sólo conseguimos que se indignasen y nos diesen de lado, dejándonos de atender. Así que nos fuimos en busca de otro alojamiento, donde con un poco más de tacto e inglés nos dejaron claro que el depósito era prácticamente obligatorio en casi todos los alojamientos de china, y con respecto al pasaporte, sería un ritual sacarlo hasta para comprar el pan (chino).
 
Sí, estábamos en China. Una nueva cultura, lenguaje (oral y gesticular), escritura y moneda nos esperaban. Tocaba rehacerse. Estos chinos se mostraban muy curiosos hacia nosotros, abiertos a la “conversación” y muy sociales entre sí. Su lengua no sonaba muy atractiva, y su tono elevado menos, pero le pillamos el punto. Respecto al lenguaje gesticular iríamos ganando habilidades con los gestos manuales que utilizan para referirse, entre otras cosas, a los números, ¡nada que ver con los nuestros! Muy divertido. La escritura era otro nuevo mundo, aunque Mikel reconocía algunos caracteres por sus pequeños conocimientos en japonés. Respecto a la moneda, no nos costó nada hacernos, puesto que además de tener un cambio euro-yuan bastante fácil de calcular, los precios que ya venían bajando desde Mongolia era aquí aún más bajos, especialmente en las comidas.
Datong sería una parada corta, asique bien prontito por la mañana nos dirigimos a las Grutas de Yungang. ¡Y menos mal que “madrugamos”! Porque antes de llegar allí, quisimos conocer la ciudad, ejem ejem… e ¡hicimos un tour con el urbano por toda la ciudad! Eso sí, nos salió por ¡1 yuan! (el cambio era más o menos 8¥à 1€, ¡hagan cálculos!) No entendimos que lo que debíamos hacer era coger un bus, bajarnos en una no señalizada parada y coger otro urbano que, esta vez sí, nos llevara a las Grutas. Pero de aquella manera pudimos ver que estaban haciendo una especie de reconstrucción de la muralla china que antiguamente pasaba por allí!

Nos plantamos en la entrada para la hora de comer autóctona. Y teníamos hambre pero decidimos coger primero las entradas, ya después tendríamos tiempo de poder comprar algo… pues no! La entrada nos costó un riñón, teníamos dinero “de sobra” para pasar el día y algo más, y por lo que habíamos leído en nuestra lonely que la entrada era baratilla ¡Error! La entrada costaba 15 veces más de lo que ponía!! Comorrrrrrl, ¿¡de 10 a 150 yuanes!? ¡Pero si hemos venido hasta aquí desde la ciudad por 1 yuan!... y eso que supuestamente era información fresca, edición impresa sólo 6 meses atrás! Así que no nos llegaba la pasta! No nos hacían descuento de “estudiante”, no podíamos pagar en tarjeta, no podíamos sacar dinero de la caja… Asique tuvimos que pedirle dinero prestado al banco Alex & Claire´s, eso sí, nos quedamos tan pelados todos que no pudimos coger nada para comer. ¡Menos mal que llevamos algo para picar, y pipas!
Tras el “aperitivo” nos adentramos en Yungang ¡Sus grutas y miles de budas nos esperaban!
 
La entrada nos dejó bastante fuera de juego. Una avenida rica en esculturas de mármoles de distintos colores, murales artísticos, puentes enormes… eso sí, todo construido hacía bien poquito…  Empezábamos a entender porque pedían tanto por la entrada!
 
 
El olor a incienso nos hizo olvidar el riñón que habíamos tenido que vender antes. Empezamos a disfrutar de las grutas una vez pasados los templos nuevos que habían construido y llegamos a la zona antigua.



Aquellas enormes estatuas talladas en la roca allá por el siglo V, haciendo del interior de unas pequeñas colinas un entramado de cuevas llenas de misterio, nos impresionaron muchísimo. En el centro de una de las grutas había un colosal Buda que durante tanto tiempo había estado velado a la luz, cubierto por polvo y rocas, pero que hoy se dejaba ver tomando un baño de sol.



 
 Sonaron los tambores. Sobre el sendero que guiaba hasta los pies del buda, un desfile de personas caracterizadas como en la dinastía de algún antiguo emperador se hizo con la atención de todos.



 
Nos pareció algo surrealista, fue el toque que le acabo de dar ese aire Disneyland al lugar. Sin embargo, y como más tarde comprobaríamos, a los chinos les gustan las cosas así de “artificiales” y preparadas. Y ya que estaban de parafernalias, decidimos hacer nuestra propia actuación: Ryu vs Chun Li lucharían en el escenario chino de StreetFighter, seguidos después por una versión humana del Buda de 8 manos!


 
Con las últimas luces volvimos a la ciudad. Justo a tiempo para cenar y despedirnos hasta nuestro próximo encuentro en la capi, sí, porque, aunque Claire y Alex querían quedarse unos días más para visitar alguna zona más, descansar y librarse de los primeros días de la temida fiesta nacional de Pekín, nosotros estábamos “deseando” meternos de lleno en el espíritu chino!  
 
¡¡Qué viva la fieta y aliba el amol!!

2 comentarios:

  1. Hola chicos!! Os veo genial, disfrutarlo que esto solo se vive una vez. Me gusta mucho el blog y os esty siguiendo todo el recorrido. Animo y muchos bss. Yoshiko

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    1. Aupa Yoshiko!!!
      Que guay que nos escribas, que nos sigas y que te guste tanto el blog! Nos alegra muchisimo saber eso. Ni te imaginas lo mucho que nos hemos estado acordando de ti en Japón!! Esperamos que todo este muy bien por Vito. Un beso muy grande.

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