Uno de los regalos más importantes
que nos dio nuestra estancia en Mongolia fueron las personas que conocimos y
con las que convivimos. Hasta ahora, no habíamos coincidido con tanta gente tan
dada a ayudar y a dar lo mejor de sí, o tal vez fuese que sencillamente no
habíamos estrechado tanto vínculo. Fue nuestra primera experiencia en la que
realmente nos sentimos super acogidos y hermanados con todos y cada uno de estos viajeros. Intentaremos describirlos lo mejor que podamos,
pero seguro que nos quedamos cortos.
Entre ellos destacamos a Louis, un guatemalteco neoyorquino muy
dicharachero con el afán de viajar y descubrir el mundo. Es una persona
increíble que da lo mejor de sí, y por consiguiente, inevitablemente, recibe lo
mejor de las personas. Entre sus conocimientos lingüísticos y su facilidad para
tratar con mano izquierda a cualquier tipo de persona, nos facilitó muchísimo
nuestra comunicación con gentes de todo el mundo, aún con la gran barrera del
idioma que con otras personas no habíamos podido salvar. Nos encantó que nos
diera la posibilidad de tener nuestro huequecito en su mundo: resulta que
viajaba con un enorme mapa lleno de frases de la gente que encontraba y con la
que estrechaba lazos de forma más fuerte. ¡Muchísima suerte en tu viaje, Louis!
El visado chino nos brindó la
posibilidad de cooperar con muuucha gente. Como ya escribimos en la entrada,
movimos una energía tremenda, cargada de comprensión, ayuda y positividad. Las
personas que nos unimos fueron, entre otras; Nieke y Mick, una pareja de Amsterdam, con los que realizamos
nuestra reserva de los billetes de avión (falsa) en la que compartiríamos hasta
asientos, y es que eramos, a los ojos mongoles, dos parejas que viajaban
juntas… de alguna forma así era también a nuestros ojos.
Un australiano, que nos contó que
estaba dando la vuelta al mundo… ¡pero en coche!, y no un coche cualquiera, no,
un modelo viejo con ganas que había comprado en Londres, desde donde inició su
gran aventura.
Y también debemos mencionar a Dafne y Amorí, otra pareja francesa que también estaba dando la
vuelta al mundo, y mediante los cuales tuvimos acceso a la pirata agencia de
facilitaba las invitaciones a China. Aquella estresante mañana no tuvimos
posibilidad de entablar una buena conversación ya que las prisas nos apremiaban
a todos, pero por la noche, de camino al albergue, nos los encontramos de “casualidad”,
y pudimos conocerles mejor. Una pareja adorable.
En nuestro primer albergue compartimos
habitación con una pareja de nuestra "previously on Adoska": Berna, Suiza, ellos
eran Erreto y Ursina. Su llegada al
dormitorio coincidió con la alegría de nuestro triunfo en la batalla contra el
consulado chino, así que, tras relacionarnos y conocernos un poco, les dimos
toda nuestra información acerca de la estrategia para hacerse con el visado
chino. Nos lo agradecieron regalándonos una postal de su tierra y… ¡una tableta
de chocolate suizo! Tableta que inexplicablemente logramos reservar hasta las
dunas del Gobi, y que nos supo a gloria. Nos comentaron que tenían la intención
de aprender acerca de la agricultura en este país a través de la iniciativa
Wooff que pone en contacto con granjas en diferentes países en las que se
realiza un intercambio de trabajo, aprendizaje y alojamiento. Nosotros ya
estábamos al tanto de esta posibilidad gracias a Joseba, primo de Mikel, y no
hizo sino acrecentar las ganas de tener la experiencia, pero cada cosa a su
tiempo.
En el siguiente albergue en el
que estuvimos, también conocimos a otras personas con las que mantendríamos muy
buena relación y que en ocasiones se prolongaría hasta día de hoy, y de mañana.
Por ejemplo: Armando y Nico,
italiano y francés que se comunican en perfecto castellano, ¡y podrían hacerlo
en catalán! Cosas del trabajo y la familia. Era muy graciosa la mezcla que
hacían… Se encontraron en el camino, en un tour que compartieron, y como el
siguiente destino iba a ser el mismo, decidieron hacerlo juntos. Y así seguirían,
improvisando cada nueva etapa del camino, disfrutando. Forman una unión muy
buena ya que se complementan muy bien, uno desastre, el otro disciplinado; uno
extrovertido, el otro introvertido. Pero lo que más destacamos de ellos es que
son muy buena gente, y lo que nos trasmitieron es que aunque se viaje solo, la
vida del viajero siempre es compartida. De ellos, no nos despedimos, ya que
sabíamos que en china volveríamos a vernos o quizá en Japón…
El albergue nos guardó otra sorpresa,
y es que conocimos a la primera pareja española mochilera, Cecilia y Juan. Llegaron algo tarde para realizar el tour con
nosotros, pero finalmente, dieron con más personas y pudieron empezar un tour similar
al nuestro tan sólo un día más tarde, lo que nos facilitaría volver a coincidir
con ellos un par de días durante el tour. Conocer a esta madura pareja fue una
gozada, nos hizo romper (un poco más) los esquemas de que nunca es tarde para
hacer las cosas que hemos soñado hacer, y que la edad no es una limitación para
realizar un viaje largo, ellos ya llevaban más de 1 año viajando cuando llegaron
a Mongolia. Además nos dieron un montón de consejos más para nuestra estancia
en China e información nueva sobre el Tibet y sus últimos requisitos de entrada.
Una tarde de juegos en la sala común del albergue |
En el tour al desierto del Gobi
creamos un lazo muy especial con el grupo que formamos, cada uno era diferente y
cada cual aportaba su propio color. Como una vez dijo una persona muy querida: -“Cuando
un grupo se forma, cada uno tiene su propia vela, aportando su propia luz y
calor. Y aunque suceda que alguien del grupo se vaya, su energía sigue estando
en ese grupo, así como su lugar”. Este grupo fue formado tanto por viajeros
como por la propia guía y los conductores, ¡éramos todos una piña! Y gracias a
todos hemos aprendido mucho de cada uno de nosotros. Lo más importante del tour
y su experiencia, lo que se queda en nosotros, vino más por el grupo que
formamos que por los paisajes o la cultura descubierta.
Aje y Stinj, la pareja belga que más salsa daba al grupo. Aje con su eterna sonrisa y su afán por descubrir cada pequeño detalle y su explicación, ¡como buena psicóloga que es! Estuvo estudiando unos 3 meses en Sevilla, recordó su castellano con nosotros, ¡y nosotros encantados! Es vegetariana de nacimiento, y Claire y Amaia se unieron a ella al segundo día de catar carnes, ¡eso sí sólo durante el tour! Stinj, que compartía esa curiosidad por la vida, por su parte, tiene una sencilla pero magnética personalidad, y daba una cálida protección y vida al grupo. Es un gran viajero, con mucho mundo a la espalda. Nos recordó que la libertad de pensamientos y acciones no está en otro lugar sino en nosotros mismos y que las ataduras, opresiones y limitaciones también, por más que nos guste quitarnos nuestra responsabilidad. Y todo esto, con ejemplos prácticos del día a día. ¡Sabiduría en estado barbudo!
Aje y Stinj, la pareja belga que más salsa daba al grupo. Aje con su eterna sonrisa y su afán por descubrir cada pequeño detalle y su explicación, ¡como buena psicóloga que es! Estuvo estudiando unos 3 meses en Sevilla, recordó su castellano con nosotros, ¡y nosotros encantados! Es vegetariana de nacimiento, y Claire y Amaia se unieron a ella al segundo día de catar carnes, ¡eso sí sólo durante el tour! Stinj, que compartía esa curiosidad por la vida, por su parte, tiene una sencilla pero magnética personalidad, y daba una cálida protección y vida al grupo. Es un gran viajero, con mucho mundo a la espalda. Nos recordó que la libertad de pensamientos y acciones no está en otro lugar sino en nosotros mismos y que las ataduras, opresiones y limitaciones también, por más que nos guste quitarnos nuestra responsabilidad. Y todo esto, con ejemplos prácticos del día a día. ¡Sabiduría en estado barbudo!
Sergio, un arquitecto que se ha tomado un tiempo para viajar por el
mundo. ¡Otro más que se baja del tren en la siguiente parada, para subirse a
otros trenes! Es un argentino muy intrépido con muchos proyectos en mente. Uno
de ellos es realizar un álbum musical con las personas que se va encontrando
por el camino y que van aportando sus instrumentos y/o sus voces a su sueño. Proyecto
en el cuál Claire participaría… ¿Por qué no pediría a Mikel añadir su gran
talento a la grabación? jajajajjaa Junto a ella y Mikel, él se encargó del toque
musical por las noches.
Mehdi es un francés que ha hecho un parón en el trabajo y que estará
viajando durante unos 6 meses. Es una persona muy introvertida y reflexiva,
pero que daba uneltoque de cordura y tranquilidad que todo grupo necesita.
Estaba buscando reorganizar su vida y darse un espacio de tiempo para
reflexionar tras su separación matrimonial. Siempre con una sonrisa en el
rostro y un Snickers para compartir en la mano.
Alex y Claire. ¿Qué decir de ellos a estas alturas? ¡Nuestra pareja
francesa! Exceptuando un par de días en diferentes albergues o quehaceres,
estuvimos juntos durante toda la estancia en Mongolia. Desarrollamos muchísima
complicidad, lo que nos ayudó a conocernos mejor. Estrechamos mucho los lazos y
se convirtieron como en parte de nuestra familia. Un momento muy divertido e íntimo
fue la fiesta del cumpleaños de Alex, ¡qué gran fiesta con tan poca cosa!.. Y
ya que estábamos, pues nos decidimos a entrar a China juntos, ¡claaaaarooo!
Uurna, nuestra guía, proveniente de una familia nómada. Gracias a
ella conocimos de verdad Mongolia; entendimos su cultura y nos regaló su visión
acerca de su tierra. Sin ella, no hubiésemos comprendido las raíces de este
país. Había estado 2 años en Londres, practicando y estudiando inglés, asique
nos entendimos a la perfección. Un gran esfuerzo económico para su familia, sin
duda, pero su padre ya veía venir los aires de cambio y lo apostó todo para su
hija mayor. Por último los dos conductores de
nuestras super furgonetas rusas, Baira y
“Chocalá”. ¡Vaya dos elementos de la naturaleza! Simpatiquísimos mongoles
de piel curtida que con su chapurreante inglés y sus bromas pusieron la nota de
humor.
Mongolia al ser un país tan
centralizado de cara a la organización de los routes a realizar, nos regaló el
encuentro con todas estas personas. Ese es sin duda uno de los ingredientes más
dulces que intervino para que se nos quedase tan buen sabor de boca.
Bairlaaaaaa!!
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