El crisantemo y la espada
Dulzura, hospitalidad,
servicialidad, belleza, atención, regocijo, entrega, armonía…
Honor, disciplina, respeto, buen
hacer, constancia, concentración, confianza, rigor, fe…
Ensancha el corazón la forma en
la que tratan, y se tratan, tan suave, atenta, profunda. La forma en la que se
entregan al bienestar del otro. Su concepto de la belleza, tan sutil. El
cuidado por el detalle que les da esa armonía y cómo vivencian todo esto desde
un silencioso, pero vívido, regocijo.
Enaltece el alma su código del
honor. La disciplina con la que realizan cada acción del día a día, con una
constante concentración, muy presentes en el buen hacer de su obra, en dar lo
mejor de sí mismos. Y cómo, a su vez, respetan al otro y tienen plena confianza
en que éstos darán su mejor. Su fe en la vida.
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