En Kanazawa nos alojamos en un
albergue muy agradable dirigido por un par de mujeres con mucha salsa y amor
a su labor. El local ocupado por el albergue, había sido hasta hacía un par de
décadas una tradicional tienda de kimonos, por lo que su distribución era muy
especial, y complicada de describir jajajaa pero nos resultó muy acogedora y
espaciosamente muy bien aprovechada.
Dejar los bártulos, preparar los futones y a recorrer la ciudad, ¡con el diluvio y el frescor que había! Pero que poco nos duraron las quejas… siguiendo el curso del rio, fuimos internándonos en esta bella y tranquila ciudad de origen guerrero.
Para nuestra sorpresa nos encontramos con que los antiguos samuráis y sus
familias fueron la mayor parte de la población del señorial sitio de Kanazawa.
Un buen número de casas tradicionales, marcadas por el estatus al que
pertenecía el samurái, conformaban la villa alrededor de la colina, donde se
alzaba imponente el castillo.
El Shogun, señor entre todos los señores samurái, había nombrado un nuevo “Daimyo”, o señor menor, para aquella región y muchos de los samuráis de aquella época fueron a hacer de esta villa, su hogar. Debido a su posición, a caballo entre Kyoto y Edo (Tokio), Kanazawa era una importante fuente de guerreros a llamar a filas desde las grandes ciudades, grandes tropas podían desplazarse en pocos días de marcha hasta la capital si sus señores así lo ordenaban.
Apoyo desde la tierra |
Protegiendo los árboles de sus intensas nevadas |
Como Yuka, nuestra guía en el castillo, que a pesar del mal tiempo se ofreció a pasear con nosotros por los alrededores del castillo, mostrándonos cada detalle y curiosidad. En general, en Japón, hay un algo que invita a profundizar en las cosas, y paseando junto a Yuka, hablando, así lo hicimos. Con una atmósfera tan vívida, se puede sentir con facilidad otros tiempos.
Otro de sus barrios, evocaba
directamente a la suavidad y hermosura de las geishas. Ellas y su arte eran muy valoradas y apreciadas;
su canto, su baile o sencillamente la forma en la que servían el té hacían de
las geishas un tesoro muy preciado y dulce compañía. Sus kimonos, su maquillaje, su forma de
caminar… toda ella era en sí un espectáculo que pocos podrían darse el lujo de
conocer y disfrutar. Esta zona rezumaba a una profunda intimidad.
La mañana del día siguiente la
dedicamos a buscar un “7 eleven”, pequeño supermercado
de barrio que encuentras por todas las esquinas menos cuando realmente lo
necesitas. El caso es que en Japón, sólo podíamos sacar dinero en sus cajeros y
en los del post office (oficina de correos), pero era domingo y este último
estaba cerrado… bueno, esta es otra historia... Al tema, conseguimos el
dinero y la comida, y llegamos justo a tiempo para coger el autobús que nos permitiría hacer una excursión por el precioso valle de Shirakawa.
Nuestras anfitrionas no tardaron
nada en organizar una fiesta de Okonomiyakis (¡y ésta aún mejor!) en cuanto supieron
que nos encontraríamos unos cuantos esa noche en la guesthouse. Llegamos tarde de la excursión para ayudar en la preparación
de la cena, (extrañísimamente el bus vino con retraso), pero
justo a tiempo para degustar las tortillas niponas recién "sacaditas del horno" que entre todos habían estado cocinando.
Nos encontramos con un gran número de personas, la mayoría japoneses y sólo una pareja más de extranjeros: Debin y Caito, una
pareja estadounidense encantadora. ¡Lo pasamos estupendamente! Entre charla y
charla, bebimos su licor de arroz: el sake… ¿o fue que entre sake y sake
tuvimos las charlas? Que no son tan serios como a muchos les parecen, ¡y menos con
bebida de por medio! Nos echamos unas risas enormes y aprendimos un montón de
cosas nuevas.
Sí sí, como Japón pocos sitios os encontraréis!! Aayy la de veces que lo echaréis de menos! Cada vez lo entiendo mejor, y no sólo por el chorrito culero! je je jj
ResponderEliminarQue bien lo sabes Itsa! Ya nos hemos acordado más de una vez, de su higiene, educación, comida, puntualidad, etc. Lo del chorrito... la verdad es que no lo ehcamos de menos! Pero sí la taza calefactada! ;)
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