El museo a la Paz de Hiroshima
fue contundente.
No sólo se limitó a explicar lo concerniente a la bomba nuclear que sufrieron,
sino que comprendía todo lo relacionado con las guerras anteriores que habían
sufrido y que habían provocado. Asique desde una primera toma de contacto,
explica lo que suponen las guerras tanto para vencedores como para perdedores,
dejando clarísima la conclusión de que sólo hay
perdedores.
Según vas entrando expone de forma más y más claro lo que
supuso la bomba para la ciudad, y cómo barrió todos los edificios, sin dejar apenas
alguno en pie. Te guía a través de la historia donde te va introduciendo con
explicaciones científicas lo que puede llegar a hacer una bomba nuclear, y qué
clases de juguetitos había en aquel entonces, dejándote la libertad de deducir
lo que hoy día pueden llegar a tener entre manos las naciones que escudanddose en el "ojo por ojo, diente por diente" tienen más y más armamento, por si acaso... Pero cuando llegas al corazón del museo,
es cuando los pelos se erizan, la emoción brota y es prácticamente imposible pasar
indiferente.
La bomba tuvo también sus muchas
consecuencias una vez transcurrido el tiempo desde su detonación: cánceres, malformaciones, úlceras,
infecciones de piel… con lo cual la enorme tasa de mortalidad no quedó reducida
sólo al momento del impacto. Muchos niños, que estaban lejos de la ciudad en
campamentos de refugiados, se quedaron huérfanos, debido en parte también, a los
anteriores y continuos bombardeos de la guerra. A muchos de ellos los acogieron familias supervivientes y otros se quedaron en orfanatos. Hiroshima está muy apegada y
sensibilizada con todos aquellos niños, es otra de las esencias que definen a
la ciudad.
Un claro ejemplo de esto, fue
Sadako Sasaki, una niña de 2 años que vivía a 1.5 km de la zona cero. Ella sobrevivió a la hecatombe y
creció aparentemente sana y fuerte, hasta que pasados 5 años comenzó a sentirse
mal. Le diagnosticaron leucemia. Un amigo le recordó una antigua leyenda. Si
conseguía hacer 1000 grullas de papel (origamis) podría pedirles a los dioses
un deseo. El deseo de Sadako era traer la paz y la curación para todos los niños
del mundo. Pero no pudo acabar la tarea, en su lugar, lo hicieron los niños de
su escuela. Hoy, el monumento de Sadako es un símbolo en su recuerdo y en
recuerdo de todos los niños que murieron por y a causa de las bombas. En su
interior hay una campana en forma de grulla a la que los niños de hoy día van a
rezar y tocar al son de la paz y en su memoria.
Los estudios reflejaban, que tras
la catástrofe, tardaría muuucho tiempo en volver a crecer la vegetación. Pero
nada más lejos de la realidad, un pequeño brote cargado de un verde esperanza
nació y se hizo paso sobre los escombros a las pocas semanas. Fue un gran impulso para el pueblo japonés y
creó fuerzas para volver a reconstruir la ciudad, resurgiendo así de sus
cenizas.
Queriendo ser un ejemplo de lo que puede suponer otra guerra de este calibre, decidieron dejar un edificio en pie, uno de los pocos supervivientes, para recordar de lo que es capaz una bomba nuclear y/o el ser humano, sirviendo de emblema para la ciudad y para el mundo, pese a ser, aún hoy en día, un doloroso recuerdo.
Nos llamó mucho la atención la
cantidad de países que tienen armamento nuclear bajo su dominio. Y la de "pruebas" y estudios que han ido haciendo en el paso del tiempo. Y nuestra pregunta es
¿Para qué tanta mierda en el mundo, si hoy en día una bomba de esas acabaría
con todos nosotros?
El único propósito de ésta gran ciudad es promover la paz mundial. Para ello, el alcalde cada año escribe una carta a las naciones que siguen teniendo cabezas nucleares, con el expreso propósito del desarme nuclear. Todos los años, el 6 de agosto, se conmemora a las víctimas, se deposita una vela en el río por cada ser humano fallecido, y las dejan fluir río abajo. Purificando así el alma del pueblo y guiando su espíritu hacia la luz, hacía la paz. Relacionando esto, Hiroshima tiene entre sus objetivos recoger firmas para que en el 2020 no haya ninguna cabeza nuclear sobre la faz de la Tierra. Sería el primer paso para acabar así, y de una buena vez, con toda esta inconsciencia.
PAZ
puuufff.... sin palabras.
ResponderEliminarAhora entiendo lo que me decíais de que Hiroshima se os ha quedado muy dentro. Menuda lección de vida!!
Buah! Si Itsa, fue muy muy contundente. Lo hemos descrito de la mejor forma que hemos podido. A veces sobran las palabras, y Mikel y yo, nos quedamos mudos durante días...y lugos empezamos a refelxionar y ha intentar darle forma con las palabras, porque esto sí había que escribirlo al momento.
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