8 ene 2013

Rozando el cielo

Nepal es conocido como el país de las montañas, con la cordillera del Himalaya marcando su silueta a lo largo de todo el norte en su mapa. El Anapurna, el Cho-oyu y sobretodo, el colosal Everest (léase Sagarmatha (nepalí) o Qomolagma (tibetano)) son sus más famosos personajes.
 

Nosotros no somos muy montañeros, paseicos de abuelicos bienvenidos sean, pero si nos ponemos con ochomiles la cosa cambia. Sin embargo no quisimos perdernos la posibilidad de disfrutar del Sagarmatha y demás colosos que lo acompañan por esta mítica codillera. Coronarlo sería un poco peliagudo, ¡pero imaginar coronarlo nos resultaría tirado! Que no seamos montañeros no significa que no podamos soñar serlo. Quizás para nosotros, hacer un ascenso así sería una locura (¡aunque todo es ponerse!), pero para nuestra imaginación y sueños ¡no hay obstáculos físicos que valgan!

Asique nos regalamos un viaje por las nubes, un paseo por el cielo en paralelo a todos los titánicos picos que hay entre Kathmandú y la cima más elevada del mundo: El Sagarmatha, con sus 8.848 metros de altura.

En un suspiro, nos trasladamos a su piramidal cresta, respiramos su (poquito) aire completamente puro, su libertad y jugamos con la nieve que,  debido al aire, echaba a volar desde la cima, creando una especie de bandera blanca en la cima del mundo.

 
Fue un vuelo a ningún lugar, de Kathmandú a Kathmandú, y sin embargo un espacio gigantesco quedó ocupado en nuestro interior. Imposible será eliminar a esos descomunales colosos de nuestra retina… Fue un viaje inolvidable.
 
 
Faltan las palabras... Las imágenes deberían hacer más honor a estas montañas, pero tampoco pueden.


2 comentarios:

  1. Qué envidia!! ahora que ya os vale! que estando allí al ladiko si no os veíais capaces de hacer un poco de montañismo qué menos que haber bajado la ventanilla para TOCAR LA CIMA DEL MUNDOOOO!!!!

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