Yo solía ser… aquella. Todas y ninguna. Yo solía ser… quien era.
La ceremonia nocturna despedía la
vida a orillas del rio Ganges, un rio Sagrado donde fluye el agua emanada de
las montañas sagradas, haciendo patente nuestro paso por la vida.
Tras la oscuridad de la noche,
una nueva luz estaba a punto de nacer. Dos flores naranjas y otras ocho rojas
se deslizaron de la hoja que las envolvía para navegar por el río siguiendo la
estela de una vela. La vela del deseo, la fé y la esperanza. Un cambio
nuevo, una sensación de paz y bienvenida a este mundo. EL sol fue surgiendo del
horizonte hasta llegar a alzarse brillante sobre el cielo.
Yo soy… ésta. Todas y ninguna. Yo soy… quien soy.
Un templado aceite cayó sobre mi
frente. Un viaje a través de Siro-dhara. Un viaje al pasado, un viaje al
presente. Un viaje al interior. Un nuevo reflejo en el espejo. Esta soy yo.
Me he imaginado la sensación de satisfacción y orgullo que sentirán los futuros descendientes cuando vean y lean este blog y consigan comprenderos un poco mejor y ver lo GRANDES que sois!!!!! len mele pedorros!
ResponderEliminarLen mele, Itsa!
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