-“¿Pero porque no vais al sur? Es
más bonito y tranquilo”. Así nos decían una y otra vez, indios y extranjeros.
Pues porque queríamos conocer la auténtica India. Y aunque no sabemos si hemos
llegado a hacerlo, al fin y al cabo las zonas más afectadas por el turismo
tampoco pueden ser la referencia de la esencia de un país, sí que sabemos que
en las playas y pueblos del sur no lo habríamos hecho.
Dicen que a India o la amas o la
odias… Nosotros sabemos que no la amábamos, pero tampoco pensamos que la odiemos.
Hay cosas maravillosas en India, pero también bastantes chungas… Nos alegramos
mucho de haberla conocido, mereció la pena… pero es que es eso: “mereció la
pena”. Esta frase implica tener que pasar por cosas chungas para disfrutar, y
esto es algo que nos chafó bastante. No es que otros países no tengan cosas
chungas, es que las de éste nos resultaron ¡muuuy chungas!
Y es que sí, fue durillo. Tal vez somos demasiado
sensibles, hay quien diría que sibaritas… sea como fuere, y siendo como somos, hubo
varios momentos en los que no pudimos decir que estuviéramos disfrutando
nuestra estancia en el país, lo cual no nos había pasado, excepto en Nepal...
Sobra decir que esta fue nuestra experiencia, que
hay quien hubiera podido vivir estos mismos lugares y gentes de forma muy
distinta, así que nos abstenemos de poner un aviso de: “Nota importante: Quién
tenga intención de viajar a India en breve, piénsese bien el leer esta entrada,
tiene contenido altamente dañino para su visita.” Jajajaajaaa
Bueno, con Nepal e India ya digeridas, damos
por finalizada la “era oscura” del viaje.
¡Seguimos caminando!
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